Castores: La ilusión de crecer.
La Colonia de castores comprende a los niños y a las niñas de 6 a 8 años.
Es la edad de la máxima ilusión por descubrirlo todo.
Es la primera vez que salen de casa y comienzan
a acercarse a los demás.
Contemplan con curiosidad todo los que les rodea, desarrollando la creatividad.
Aprenden a vivir en Grupo y se hacen personas más autónomas, adquiriendo hábitos para toda su vida.
Su lema es Compartir.
Lobatos: Rienda suelta a la imaginación
Tras su paso por la Colonia y al cumplir 8 años, niños y niñas pasan a formar parte de la Manada de Lobatos.
Su imaginación está al servicio de una incesante actividad y del juego, su medio de aprender.
Los niños y las niñas conviven en grupo y aprenden a trabajar juntos,
desplegando sus hábitos sociales y se responsabilizan de su tarea.
Comienzan a desarrollar sus propios valores. Se inician en el Gran Juego de la Vida.
Su compromiso es “Haremos lo mejor”.
Scouts: Un mundo de aventuras
Al alcanzar los once años llega el momento de entrar a formar parte de la Sección Scout.
Es el tiempo de la afirmación de uno mismo; el deseo de aventura se hace más patente,
se desarrolla el carácter, las actitudes y la capacidad de vivir en grupo, enriqueciéndose personalmente.
En la Sección Scout se trabaja en Patrullas (grupos de 6 a 8 niños y niñas).
La vida en Patrulla potencia el compromiso personal.
Eligen sus propios líderes y programan,
con sus educadores y educadoras, las actividades. Aprenden a tomar decisiones por sí mismos y colectivamente.
Hacen sus actividades en contacto con la Naturaleza y comienzan a tomar conciencia del servicio a los demás.
Aspiran a estar “siempre listos”.
Escultas: Proyectándose al futuro.
Cumplidos los 14 años, los chicos y chicas comienzan a trabajar en la Unidad Esculta.
Este es un momento crucial para las ideas, los interrogantes y las ambiciones. Los chicos y las chicas empiezan a perfilar su personalidad definitiva.
El grupo cobra enorme importancia y se hacen hombres y mujeres activos.
No aceptan el ocio pasivo y dirigido que ofertan a los jóvenes.
Son ellos/as los verdaderos protagonistas de su futuro.
Conciben sus “proyectos de cambio”.
Rovers: El reto de tu vida
La última etapa de la educación scout es el Clan Róver, formado por jóvenes a partir de 17 años.
Ser róver es vivir intensamente cada paso, tomar las riendas y hacer un proyecto de su propia vida,
empeñarse en cambiar el mundo y, sobre todo, creer que es posible.
Se comprometen colectiva e individualmente en acciones de cambio y se esfuerzan por crecer al tiempo como persona.
Los encontrareis trabajando en el barrio, o dinamizando a sus compañeros de clase o de trabajo aunque nadie sepa que son “scouts”.
Su lema es “servir”.
Scouters: Ayudando a crecer
La responsabilidad educativa de cada sección recae en un equipo de educadores scouts, mayores de edad
y con la madurez suficiente y necesaria para el óptimo desempeño de su labor,
con cuyo cumplimiento se comprometen voluntariamente.